
Calvià, jueves 31 de julio de 2025
Manos arriba pal Trueno
Con Gustavo Nicolás Taranto (batería), Pedro Pasquale (guitarra), Carlos Salas (percusión), Julián Gallo (bajo), Augusto Durañona (teclados), Pedro Palacios ‘MC Peligro’ (MC) y Camilo Moretti (MC).
Por Víctor M. Conejo
José Luis Luna (ver galería)
Lleno anticipado en Es Jardí de Mateo Palacios Corazzina (La Boca, Buenos Aires, Argentina, 2002), Trueno, con muchísimo menor de edad aunque desde luego su perfil musical no es especialmente o únicamente de ese rango. Presencia incluso de rockeros de alcurnia, que repetían: «Su bolo en el MLF de 2022 fue espectacular, de lo mejor de aquel año».
El argentino vino con banda completa y sobre todo atiborrado de actitud old school. Y es que desde luego el concierto sonó más a funk metal noventero y dosmilero que no a músicas urbanas latinas prototípicas. Por supuesto, también sonó mayormente a hip hop, esencia del artista (dato palmario: vino con dos MC de apoyo, uno de ellos su padre MC Peligro). No se puede negar que fue enternecedor ver a la miríada de prepúberes y púberes palmeando en el aire.
Con todas esas armas musicales, a la tercera ya mandó a todo el mundo al piso y lo consiguió. A la cuarta, la primera sobrada: un freestyle con la base de «Killing in the name» de RATM. También le dio al neosoul, con dosis decibélica dada la banda. De hecho, el solo consecuente estuvo más cerca del AOR que del suavismo. Nota especial aparte para el guitarrista: reflejó el mimo y cuidado por el sonido el hecho de cambiar de guitarra ¡cinco veces!
Más: sampler del clasicazo de 2001 «Let me blow ya mind» y ¡PAM!, otra hábil reinterpretación de la hemeroteca musical de altura. En el discurso, habló de clasismo, prejuicios e injusticia social. Para los que mascullan que los artistas jóvenes no tienen discurso ni bagaje.
Más: por supuesto también se paseó por el latinismo contemporáneo, con parada destacada en Puerto Rico. Pero para que quedara clarinete, al poco volvió a lo que se ve que le llena: «Vamos a hacer un poco de cultura hip hop». Y soltó un pepino funkote.
Manos arriba pal Trueno, porque no vino solo a ponernos crazy de bailes y perrismo, sino a dar una clase maestra, intensa y rotunda de herencia muy bien digerida y reinterpretada. Además, hubo sorpresones: primero cuando improvisó él mismo al pad de loops ¡sobre «Volando voy» de Camarón! También cuando se puso la inevitable camiseta del Real Mallorca. Y sobre todo con el detallazo de hacerse un tema con el mallorquín Babi Blackbull, jugón de las batallas de gallos nacionales.
No hay comentarios